Lector, ignoro los motivos por los cuales llegaste a este blog. Puede que una duda científica haya llegado a tu cabeza y, por casualidad, yo tuviera la respuesta. Puede que estés aburrido y busques alguna historia interesante. O puede ser simple casualidad y que hayas pinchado el enlace compartido por algún amigo o familiar.

Aunque no sepa los motivos, eres más que bienvenido. Muchas gracias por venir a mi blog.

Me llamo Daniel Gómez, y soy neurocientífico. Aunque dicho de este modo, es más espectacular de lo que pretendo, ya que estoy en los comienzos de mi carrera científica. Actualmente estoy realizando la tesis doctoral en el Instituto Cajal (CSIC) sobre ritmos cerebrales y epilepsia, y aun me quedan varios años hasta ser Doctor. A lo largo de los artículos veréis que la ciencia no es mi único interés. A lo largo de mi vida he trabajado como mago, monitor de tiempo libre, y por supuesto como divulgador científico.

Este blog no es el primero que tengo, en los últimos años he publicado en diferentes plataformas colectivas, como Medciencia, y en mi blog Cultivando Cultivos, que aunque tenga menor actualización con este nuevo blog, sigue funcionando.

¿Por qué tener dos blog? Elegí crear Neuronas y Centellas como un proyecto más personal y cercano. Mientras Cultivando Cultivos se encargaba (¡y se encargará!) de resolver cuestiones y curiosidades científicas de todos los campos (como lo que sucede cuando metes un tenedor en un microondas o cómo hipnotizar a un animal), este blog será más especializado en Neurociencia y busca otro estilo diferente de escritura.

Por mi trabajo a veces me cruzo con estudios o historias interesantes, cuyo primer impulso es comentarlas con todo el mundo. No solo son curiosas a nivel científico, sino que también son desconocidas y sorprendentes incluso para los que estén acostumbrados a la divulgación científica. Los artículos de este blog no son copia-pega de otras fuentes, sino artículos originales que llevan una investigación detrás.

Una característica que no me gusta de la divulgación científica actual es la falta de contacto con el público. Los divulgadores siempre hablan entre ellos de cómo difundir el mensaje científico en la población y no suelen pensar en que quizá el mensaje no sea el adecuado. No quiero divulgar conceptos usando metáforas como si mis lectores fueran niños de tres años, ni deseo escribir algo tan simplificado que pierda el sentido. Y mucho menos escribir algo que sea aburrido y que no sea interesante ni siquiera para mí. Si en algún momento empiezo a escribir así, paradme a tiempo.

Al divulgar, mi objetivo es favorecer el espíritu crítico de mis lectores. Desconfiad del mundo y pedid pruebas de todo. La ciencia solo ha logrado progresar con los años de esta manera. Muchas veces se logran resultados apasionantes a primera vista, pero que acaban siendo cortinas de humo sin mucho sentido, y en otras ocasiones sucede lo contrario y se descubren cosas mucho más increíbles de lo que se esperaba. En todos mis artículos están enlazados los estudios de los que hablo, por si surge la duda y se quiere investigar más sobre el tema. También tenéis derecho a desconfiar de mí.

Seguir en este blog o no depende de vuestra curiosidad. Si queréis saber qué canción produce un efecto antiepiléptico o cómo ve la magia un autista, estáis en el sitio adecuado.

Debo confesar que soy malísimo escribiendo y en ocasiones me expreso mal. Este trabajo no sería posible sin Alba Blanco, encargada de hacer las correcciones. Sin ella, sería imposible escribir como escribo y este proyecto no existiría.

Cada artículo tiene detrás una porción de tiempo y esfuerzo. Disfrutadlo tanto como yo lo hago al escribirlo.

Y una vez más, bienvenido.

Daniel